martes, 30 de abril de 2013

Nubes sólidas, sentimiento de concreto.

Soy el espía de tus sueños en los míos, el que lucha con el sol para impedir su paso y que este mismo rompa el corto lapso de mis sueños, esos sueños en donde te puedo apreciar a medidas exactas, donde puedo volar por espacios de gravedades desconocidas sin temor a que esta pueda hacerme caer. Es así como me siento en tan poco tiempo, en tan pequeño lapso entre sueño y realidad, pero cuanto quisiera, en verdad cuanto quisiera poder volver a tocar las nubes que me rodean impulsado por sentimientos abstractos que no me dejen caer, tocar las nubes con los ojos abiertos y los sueños dormidos, con el tiempo congelado para no volverte a perder.

En esta primavera aquel viejo lugar, de flora abundante, a quedado en raíces.

¿Es así como funciona?, ¿Es ahí, en ese cálido lugar, donde se generan mis más hermosas ideas?, ¿Dónde aquel pequeño bombillo de ideas es poseído por aquella intensa corriente eléctrica que genera que este  vagabundo escritor de todo de sí en tan cortas prosas?, ¿Es aquel lugar tan lindo?. Hasta donde yo supe ha sido el mejor hogar. Hoy sólo vago por las calles dejando palabras, versos, imágenes, ilusiones en cada paso, en cada pensamiento de humo elevado al cielo y convertido en una nube más de deseos en este inmenso cielo, es ese hermoso lugar de donde he sido desterrado, es ahí donde mi alma espía descansa por las noches y llegada la aparición de el sol suele desaparecer hasta otro corto lapso de sueño.





Extraído de tiempos de antaño, de aquellos que fueron buenos en algún momento

jueves, 29 de noviembre de 2012

XXV

Sentir congelarse al tiempo
cual sentimiento mismo
en el aire se conserva,
quien sin igual moldea
la sonrisa del amor bifurcado
en rostros amantes.

Ininteligible el amor se hace
cuyo cauce al instante cambia
la magia elevada al infinito
como sin estar dormido soñar.

Un deseo quisiera pedir,
una vela esta noche prender
para esperarte ver el umbral cruzar,
y sin miedo a mis brazos volver.

jueves, 1 de noviembre de 2012

En algún momento del pasado.

Herido, en mi último intento racional, busqué a la muerte en el punto más alto de la ciudad, ella me dio el consejo que esperaba oír, y así fue como intenté terminar con mi vida. En el caminó conocí a muchas personas, me conocí a mí mismo y conocí a todas mis facetas, intenté disparar a mis errores pero recordé que estos eran abstractos, mientras en el último segundo antes de morir, decidí deshacer esta idea, tomé un fuerte respiro y mientras veía mi cuerpo llegar a su frío final, aferré con toda mi fuerza lo poco que tenía para no morir. Estoy aquí, intentando subir aquella montaña de la cual descendí, estoy aquí, tratando de sobrevivir, siendo quemado por el sol intenso, empujado por los fuertes vientos y deseado por las almas del infierno.

Olvidamos que somos parte del mundo

Palpita la minúscula luz sin distinción, sin mensaje. El camino hacia adelante ininteligible se hace puesto que la muerte domina el sendero que he de cruzar, junto a otros seres con el mismo fin, pero sin la misma suerte. Suelo dejar de lado la indiferencia si de ayudar se trata, pues en la jungla de concreto me he criado, si no llevo melena es porque la sociedad me la ha quitado, uniformando a todos para que entre la multitud los líderes no se distingan. Lucho contra ello como la naturaleza contra el hombre, porque es su hijo perdido, el cual se ha escapado dejando el hogar de su madre para independizarse pudiendo él dominar, mientras en su cabeza repercute la idea de que no habrá difunto que velar porque su madre jamás morirá, herencia no habrá ni, mucho menos, batalla que ganar.

sábado, 6 de octubre de 2012

Las ideas no respetan ni el salón de clases

Estás en tu alcoba, princesa, 
pero en mí, como vagos anhelos
que reflejan tu imagen frente a mis ojos.

¿Qué eres?, sino la ilusión
de un sueño del cual he despertado.
¿Qué eres?, sino el más hermoso cuadro
que he pitando entre poema y poema.

Acaso he de volver a dormir o
debo seguir escribiendo sin conseguir
el sueño, mirando, en los ojos de la gente,
cada palabra que forman los versos que escribo.

sábado, 22 de septiembre de 2012

Un presente especial

De los tallos crecen las rosas más hermosas que el hombre haya visto nacer, y de los confines de la naturaleza has nacido tú, siendo toda la belleza que esta puede contener.
Mediocre el hombre que de envidia vive, escalar la gloria ajena sin palparla, anatema a la que amarrada su vida miserable se encuentra, bofetadas de mofa han recibido sus asolados egos.
El hombre a nacido para vivir, no para vivir de otro hombre. Por qué la envidia si el arte universal dota la naturaleza de poesía, y esta misma se desnuda ante los ojos del artista, esperando ser amada y plasmada en los espacios del tiempo.

sábado, 15 de septiembre de 2012

XIV

Cabizbajo al ocaso,
 dando paso a la noche de poco brillar;
 la noción se pierde en este largo camino
 sin poder mirar atrás.

 Guiado por la penumbra
 he perdido el bienestar,
 me encuentro solo y perdido,
 dejando mis anhelos morir.

 Mi destino es esta espada
 con la misión de un dragón asesinar,
 durmiendo en el abrupto suelo
 con la comodidad de soñar.

 Hoy se ha vuelto una pesadilla
 de la que no puedo despertar,
 una lucha constante
 que no tiene final.

 He bifurcado mi alma
 aquella noche de reflexión,
 dejando de lado el sentimiento
 para algún día volver,
 —¿Adónde?,
 a sentir lo que hoy suprimí.

lunes, 10 de septiembre de 2012

Niebla en perfecto clima

—¿Dónde haz dormido esta noche?.
—En el bosque.
—¿A qué se debe esto?.
— No podrías entenderlo.

 Recordé en ese instante aquella técnica de dejar montar el silencio en ambiente. Él, miraba de lado a lado desconcertado, perdía el control del silencio, sus marrones ojos revelaban lo que sus labios sellados no decían.

 —Era como la soledad que me rodea
— Fue su primera oración.
—Caminaba sin rumbo intentando escuchar a la naturaleza, oyente, esta misma, de mis melancólicos pensamientos. ¿Quién entendería a un orate que vaga por las ruinas de un viejo templo?, quizás algún alma en pena que no descansa, que expía sus pecados en la tierra sin descanso eterno, no lo creería, pues más de una vez he afrentado con ellos, suelen ser muy misántropos, y yo solo busco algunas respuestas que ellos tienen mas no nos entendemos, quizás sea eso, que no nos entendemos. —¿Qué intentas decirme con eso?. —No mucho.
—Es solo que creí haber sido escuchado por alguien.
—¿Acaso nadie suele hacerlo?, ¿No lo estoy haciendo en este instante?.
—No me ha dejado terminar.
—Prosiga entonces.
—Como lo más desapercibido camuflada se encontraba aquella presencia de mis ojos, ¿Podría ser qué no sea el único que frecuenta estos lugares?, ¿Acaso alguien buscaría la soledad, cómo yo, para poder entender?, sería extraño, en mis tanto días no había visto ni sentido alguna presencia por estos lugares. De repente, al mirar desde el punto más alto, a lo lejos, pude divisar una silueta, mi visión no era perfecta, pero podía entenderse que se trataba de alguien, ¿Es acaso un sueño?, ¿Podrá existir alguien que comparta estos ideales con los que vivo?. Corrí en su búsqueda hasta llegar donde la vi aquella silueta por primera vez, no había nadie, creía haber sido engañado por la fauna, cuando de repente sentí la misma presencia tomar mi mano, asustado empecé a retroceder, choqué con el cuerpo de alguien, volteé, no había nadie, creí haberme vuelto loco, pero no era cierto, a lo lejos yacía una hermosa mujer cuyos ojos penetrantes dilucidaban mis preguntas sin decir palabra alguna, en el silencio, pude escuchar su voz decirme: Soy producto de tus anhelos, he venido a buscarte para que sepas que existo mas no puedo estar a tu lado, un asunto traigo entre manos, el de sufrir algunos años y arrastrar con esta pena, no soy un alma, no soy humana, soy un ente que quizás no comprendas pero te he sentido, a lo lejos, a dimensiones, es por eso que te he buscado, para amarte hasta que el sol me extinga y las almas vengan a llevarme, un condena llevo dentro, ya te dije, solo ámame mas no vuelvas a recordarme. Fue como un sueño, efímero como se caracteriza, lo he vivido pero no lo recuerdo, quizás, pude haber delirado como también pudo haber sido verdad. Creí haber sido engañado por una amante desconocida por eso la busqué en rededores, pero no había nadie, nadie frecuentaba estos lugares, y en la eufórica noche, reposé mi cuerpo sobre algún árbol, llevaba un día si comer, mis energías estaban por acabarse, y yo, por caer en un profundo sueño inconsciente, cuando a lo lejos volví a ver a aquella silueta que entre labios me decía: El amor no es para mortales, te llevaría conmigo para que me des fuerzas, pero eres de carne y hueso, las llamas te derretirían, no tendría sentido que luches por mí hasta desvanecerte; cerré los ojos sumiéndome en el profundo sueño, despertando atónito sin saber donde me ubicaba, veía al mismo árbol de mi última visión, creía solo haber soñado, pero llevaba la marca del labial de fuego marcado en mi piel, había, quizás, conocido al verdadero amor, al verdadero amor que te busca entre el fuego solo para desaparecer, para hacerse notar y luego desvanecerse entre tus sueños, el mismo que te busca para volverte loco, para volverte artista exponiendo su belleza, para eso quizás haya venido para amarla tanto en cada poesía que me haga recordar su belleza, pero solo recordarla porque tocarla no puedo, pero cuanto quisiera, en verdad cuanto quisiera, ¡Tal es la impotencia!.— Eso es, exactamente, eso es.
—¿Se encuentra bien usted después de esto?.
—No lo sé, llevo ya algunos libros de poesía, quizás algunos ensayos. Sé que no estoy loco, solo pinto en lienzos a mi musa porque sé que existe, quizás solo en mis pensamientos porque debe estar viviendo en algún infierno en donde mis palabras quizás lleguen para ser escuchadas o sigan siendo escuchadas para poder considerarme loco.



Inspirado en El rayo de luna de Gustavo A. Becquer (1862).