sábado, 15 de septiembre de 2012

XIV

Cabizbajo al ocaso,
 dando paso a la noche de poco brillar;
 la noción se pierde en este largo camino
 sin poder mirar atrás.

 Guiado por la penumbra
 he perdido el bienestar,
 me encuentro solo y perdido,
 dejando mis anhelos morir.

 Mi destino es esta espada
 con la misión de un dragón asesinar,
 durmiendo en el abrupto suelo
 con la comodidad de soñar.

 Hoy se ha vuelto una pesadilla
 de la que no puedo despertar,
 una lucha constante
 que no tiene final.

 He bifurcado mi alma
 aquella noche de reflexión,
 dejando de lado el sentimiento
 para algún día volver,
 —¿Adónde?,
 a sentir lo que hoy suprimí.

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