Cabizbajo al ocaso,
dando paso a la noche de poco brillar;
la noción se pierde en este largo camino
sin poder mirar atrás.
Guiado por la penumbra
he perdido el bienestar,
me encuentro solo y perdido,
dejando mis anhelos morir.
Mi destino es esta espada
con la misión de un dragón asesinar,
durmiendo en el abrupto suelo
con la comodidad de soñar.
Hoy se ha vuelto una pesadilla
de la que no puedo despertar,
una lucha constante
que no tiene final.
He bifurcado mi alma
aquella noche de reflexión,
dejando de lado el sentimiento
para algún día volver,
—¿Adónde?,
a sentir lo que hoy suprimí.
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