Estás en tu alcoba, princesa,
pero en mí, como vagos anhelos
que reflejan tu imagen frente a mis ojos.
¿Qué eres?, sino la ilusión
de un sueño del cual he despertado.
¿Qué eres?, sino el más hermoso cuadro
que he pitando entre poema y poema.
Acaso he de volver a dormir o
debo seguir escribiendo sin conseguir
el sueño, mirando, en los ojos de la gente,
cada palabra que forman los versos que escribo.
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