jueves, 1 de noviembre de 2012

Olvidamos que somos parte del mundo

Palpita la minúscula luz sin distinción, sin mensaje. El camino hacia adelante ininteligible se hace puesto que la muerte domina el sendero que he de cruzar, junto a otros seres con el mismo fin, pero sin la misma suerte. Suelo dejar de lado la indiferencia si de ayudar se trata, pues en la jungla de concreto me he criado, si no llevo melena es porque la sociedad me la ha quitado, uniformando a todos para que entre la multitud los líderes no se distingan. Lucho contra ello como la naturaleza contra el hombre, porque es su hijo perdido, el cual se ha escapado dejando el hogar de su madre para independizarse pudiendo él dominar, mientras en su cabeza repercute la idea de que no habrá difunto que velar porque su madre jamás morirá, herencia no habrá ni, mucho menos, batalla que ganar.

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